Esta imagen no es solo una pintura: es una codificación arquetípica de la anatomía sagrada del ser humano espiritualizado. Es un espejo cósmico donde el alma encarnada puede reconocerse más allá del velo de la materia. Representa, en su máxima expresión, el misterio de la encarnación divina en el plano humano.
Es un puente visual entre el cielo y la tierra, entre lo que fuimos, lo que somos y lo que podemos llegar a ser.
1. La Tríada Sagrada: Las Tres Grandes Dimensiones del Ser
Esta lámina está compuesta por tres niveles o cuerpos de existencia que, aunque aparentan estar separados, en realidad son una sola conciencia manifestándose en diferentes grados de vibración.
A. La Mónada o Presencia Yo Soy (Esfera Dorada Superior)
En la cúspide de la imagen brilla una esfera dorada, refulgente, como un sol central. Esta esfera representa a la Presencia Yo Soy, el aspecto más puro, incognoscible e inmaculado de nuestro Ser. Es el punto de emanación original de cada alma individualizada. La Mónada es nuestro verdadero Ser Divino, más allá del tiempo, el espacio y el karma.
Aquí no hay personalidad, no hay historia. Solo hay esencia divina autoconsciente, inmutable, eterna. De esta esfera emana el poder creador que sostiene todas nuestras encarnaciones.
Este nivel vibra en el plano Ádico, el más elevado en la escala espiritual, donde solo existe el elemento Éter puro, aún no manifestado.
De esta esfera dorada desciende el Cordón de Plata o Antakarana, un canal de luz viviente que conecta los planos superiores con el alma y la conciencia humana. Este cordón es la cuerda de oro que no se rompe jamás, pues constituye la unión eterna entre el espíritu y su proyección encarnada.
B. El Alma y el Cuerpo Causal (Centro Arcoíris con Loto)
En el centro de la imagen se encuentra un círculo rodeado por siete bandas concéntricas de colores, formando un arcoíris perfecto. Esta estructura representa el Cuerpo Causal, que es como una atmósfera espiritual o campo energético que rodea a cada alma.
Cada banda de color corresponde a un Rayo de Dios:
- Azul – Voluntad y Poder
- Dorado – Sabiduría e Iluminación
- Rosa – Amor Divino
- Blanco – Pureza y Ascensión
- Verde – Sanación y Verdad
- Oro-Rubí – Paz y Devoción
- Violeta – Transmutación y Perdón
En el centro de este círculo florece un loto blanco de doce pétalos, símbolo del alma individual, el Cristo Interno plenamente despierto. Este loto representa el asiento de la conciencia superior, donde habita la sabiduría acumulada a lo largo de múltiples encarnaciones. Es el trono interior del alma, la morada de su gloria.
El Cuerpo Causal almacena los méritos espirituales, las virtudes desarrolladas y el karma redimido. Es nuestro “banco espiritual” personal. Lo que se gana allí, no se pierde jamás.
C. El Ser Humano Encarnado (Figura Meditativa con Triple Llama)
En la parte inferior de la imagen se encuentra el ser humano, sentado en profunda meditación. No tiene género definido, pues simboliza al ser humano esencial, andrógino espiritual. Este ser ha despertado su naturaleza divina y está vestido con una túnica blanca, símbolo de pureza, humildad y servicio.
En su pecho arde la Triple Llama, compuesta por tres fuegos vivientes:
- Azul a la izquierda: Poder, fe y voluntad.
- Dorado al centro: Sabiduría, discernimiento e iluminación.
- Rosa a la derecha: Amor incondicional, belleza y compasión.
Esta llama sagrada es la chispa del Dios Interno, la Trinidad Divina individualizada dentro del corazón humano. Es la llama del Cristo en ti, esperando ser expandida conscientemente hasta envolver todo tu ser.
El ser está rodeado por un aura arcoíris que indica que ha purificado sus cuerpos inferiores (físico, etérico, emocional y mental) y ha integrado los siete rayos en su campo energético. Esta irradiación es el reflejo en la Tierra del cuerpo causal celestial.
Debajo de él, una emanación púrpura representa la base violeta de transmutación, mostrando que la ascensión solo es posible mediante la purificación del karma y la liberación de las cadenas del pasado.
2. Geometría, Color y Luz como Códigos de Conciencia
Todo en la lámina está hecho con propósito metafísico.
- La geometría sagrada de fondo (como la Flor de la Vida) activa patrones dormidos en el inconsciente colectivo.
- Las estrellas representan la conciencia cósmica.
- Los colores no son decorativos: son frecuencias específicas que despiertan aspectos del alma al contemplarlos.
- La simetría vertical es un eje iniciático, que indica el camino de ascenso de la conciencia desde la materia al espíritu.
3. Uso Espiritual y Místico de la Lámina
Esta imagen puede ser utilizada como:
- Herramienta de meditación: visualiza tu Triple Llama ardiendo en el corazón.
- Foco de invocación: llama a tu Presencia Yo Soy y a tu Cristo Interno.
- Mapa iniciático: para reconocer dónde estás en el camino del alma.
- Recordatorio vibratorio: de tu identidad divina y tu Plan de Vida.
- Símbolo de protección: al contemplarla, tu campo energético se alinea.
Esta lámina es un instrumento de contacto con los planos superiores, un mandala viviente de transformación. Es un puente de luz entre tu humanidad y tu divinidad.
4. Significado Interno: El Retorno a Casa
La lámina de la Presencia Yo Soy es la imagen del Retorno.
Muestra el viaje del alma:
Desde la Fuente…
A través del alma…
Hasta el cuerpo…
Y de regreso a la Fuente.
No es un dogma. No es una religión. Es una tecnología de luz que revela lo que ya está en ti: el Cristo, la divinidad anclada en tu pecho.
Contemplarla es contemplarte a ti mismo en tu estado más elevado.
Es una fotografía del Alma despierta.
Cuando el ser humano reconoce esta verdad, se activa una alquimia sagrada. Y entonces, desde el fondo del corazón, puede decir con convicción y humildad:
“Yo Soy la Resurrección y la Vida de la Divinidad en mí.”
Y el cielo… comienza a descender a la Tierra.
